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Confirman que el Área 51 “ocultó una nave y un ser extraterrestre”

Alfred O’Donnell, contratista de defensa que administraba el Área 51, afirmó que «tenían un platillo volador que se había recuperado en Nuevo México» y un «ser vivo», según el periodista de investigación George Knapp, quien lo entrevistó en numerosas ocasiones

George Knapp entrevistando a Alfred O’Donnell décadas atrás

Según Knapp, O’Donnell, al hablar del «ser» le dijo: «No sabíamos qué era… A decir verdad, no podíamos comunicarnos con él. Al principio, no sabíamos qué era, no sabíamos de dónde era. Y no sabíamos qué hacer con eso».

Knapp agregó que O’Donnell comparó la apariencia del ser con el excandidato presidencial Ross Perot, a diferencia del clásico extraterrestre de aspecto gris.

El periodista también compartió una historia sobre una exempleada del contratista de defensa Holmes & Narver que supuestamente tenía conocimiento sobre «platillos estrellados, materiales recuperados y lo que parecía un incidente tipo Roswell».

Antes de que Knapp hablara con ella, la mujer fue intimidada por agentes desconocidos, lo que provocó que cancelara la reunión. Incluso después de dos décadas, ella siguió negándose a hablar sobre el asunto.

A principios de la década de 1990, el ex líder de la mayoría en el Senado, Robert Byrd, quien presidió el Comité de Asignaciones del Senado, y el difunto senador Harry Reid, quien más tarde se desempeñaría como líder de la mayoría en el Senado, encargaron a un miembro del personal del Congreso que supervisa los Programas de Acceso Especial (SAP), llamado Richard D’Amato, a indagar en el asunto.

Después de investigar y visitar el Área 51, D’Amato no pudo verificar las afirmaciones relacionadas con los platillos estrellados, pero según Knapp pensó que era «totalmente factible, que este encubrimiento de ovnis exista dentro de una empresa privada», como Lockheed Martin, EG&G o Northrop Grumman.

Knapp le dijo a su colega periodista Jeremy Corbell en su podcast, WEAPONIZED, que programó una reunión entre D’Amato y O’Donnell, con la bendición del cofundador de EG&G, Herbert Grier. Sin embargo, O’Donnell no le diría nada a D’Amato.

Knapp señala este como el momento en que la narrativa de O’Donnell comenzó a cambiar, pues se le habría advertido que no dijera más lo que sabía sobre lo que vio en el Área 51.

Aún así, prometió grabar una cinta antes de morir donde dejaría constancia de todo. A pesar del paso del tiempo, hasta la fecha no ha aparecido ninguna cinta con la confesión.

Si se hiciera pública una grabación de la confesión de O’Donnell en su lecho de muerte, corroborando los informes de un platillo volador estrellado y un ser vivo, daría credibilidad a las afirmaciones hechas por Bob Lazar, quien ha contado sus experiencias de trabajo en platillos recuperados en el Área 51 y un supuesto programa de ingeniería inversa para intentar replicar la tecnología.

Los relatos detallados por Knapp sobre la supuesta intimidación de testigos continúan hasta el día de hoy. En declaraciones a Liberation Times, Jeremy Corbell comentó:

«Personas creíbles han dado cuenta de platillos voladores estrellados recuperados por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos durante décadas. A primera vista, estas afirmaciones parecen inverosímiles; casi cómicas».

«¿Cómo es posible que una nave de un origen tan avanzado y exótico de repente deje de funcionar o experimente una falla crítica en los desiertos de Nuevo México, y en muchos otros lugares?», comentó Jeremy Corbell al Liberation Times.

«Sin embargo, estos relatos parecen ser cada vez más verdaderos y fácticos. Con cada paso hacia el corazón de este asunto, he encontrado evidencia verificable de que esto es exactamente lo que sucedió».

«La presencia de ovnis atravesando nuestros cielos durante generaciones representa uno de los secretos mejor guardados de nuestro tiempo.

Las implicaciones y temores que provocan el aura de secretismo que rodea este misterio se relacionan con los programas de explotación de tecnologías derivadas que han surgido, así como las preocupaciones sobre el desarrollo de armas de destrucción masiva basadas en la ingeniería inversa de estas tecnologías no terrestres.

«La verdadera pregunta es: ¿POR QUÉ persiste el encubrimiento de estos eventos? ¿POR QUÉ los testigos son rutinariamente silenciados mediante amenazas de represalias o daño personal?»

«La respuesta a esto es bastante simple. Hasta que sepamos a lo que nos enfrentamos, esta es una nueva carrera tecnológica. Una Guerra Fría silenciosa e invisible. Y el ganador se lleva todo».

«Esta tecnología puede cambiar el mundo, pero el mundo ciertamente cambiará cuando la realidad del consenso alcance la realidad real, y se entienda ampliamente que los constructores de estas máquinas son de otro lugar».

«Entonces, y solo entonces, comenzaremos a ver la verdadera naturaleza de nuestra realidad con un poco más de claridad», concluyó Corbell.

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